viernes, 29 de julio de 2016

Life is a Journey, ó lo que es lo mismo; quién es Muriel Santana.


Quería presentarme, sin embargo, no quiero que me conozcas como yo me veo o creo, sino como me ven los demás.
He pedido a una de las personas que mejor me conocen que lo haga; Ana.
Desde la libertad y la creatividad me ha regalo este texto, en el cual me veo, me siento e identifico, ha captado en palabras mi filosofía y mi modo de hacer.
Ahora conocerás mas mi trabajo y a mi misma, mis motivaciones y razones.
 
Life is a journey



Estando en la universidad, en una de las asignaturas estudiamos que la frase “Life is a Journey” (“La vida es un viaje”) era la metáfora absoluta, la que resumía la vida y la que abarcaba todas las novelas que íbamos a estudiar a lo largo de la carrera. En el viaje que ha sido (y es mi vida), me he encontrado varias veces caminando junto a Muriel. Por entonces no lo sabíamos, pero nuestro caminos iban a ser paralelos; caminaríamos en la misma dirección, aunque no siempre lo haríamos la una al lado de la otra.



Nos encontramos en el camino siendo adolescentes, como compañeras de clase; en la juventud, siendo compañeras de trabajo y, finalmente, el camino nos ha vuelto a unir, esta vez como comadres, compañeras en la maternidad. Sabía que el ser madre solía separarte de tus antiguos amigos (máxime si aún no han sido padres), pero nunca pensé que podría volver a unir a gente del pasado, y menos del modo en que me siento unida a Muriel en este momento.



La vida es un viaje, y Muriel está ahora mismo en ese viaje apasionante que es la maternidad. Pero lo que más me maravilla de ella es el modo en que lo hace, ya que no se limita a dejarse llevar por la corriente, esperando a ver que se encuentra en cada recodo del río. Ella rema con fuerza hacia su destino, con ganas, con pasión y, sobre todo, con mucho, mucho amor. No le importa que el agua le salpique en la cara (eso la ayuda a aprender de sus errores, lo cual hace con humildad y honestidad); simplemente, se seca y sigue remando, acogiendo en su barca a todo aquel que le pide ayuda, de manera desinteresada. Los viajes que se hacen en compañía son mucho más fáciles de hacer, sobre todo cuando todos reman en la misma dirección, y eso Muriel lo sabe y lo siente desde lo más profundo de su corazón.



Muriel está haciendo su propio camino, en un proceso conocimiento y autoconocimiento. Un proceso del que te invita a ser partícipe, para caminar con ella, para que rememos juntas y para que podamos crear nuestra propia tribu, en la que todos seamos amados y respetados, aún cuando no seamos capaces de ver las cosas del mismo color. Porque, aunque no siempre nos demos cuenta, muchas veces son nuestras propias diferencias las que nos ayudan sacar lo mejor de nosotras.



Muriel, te deseo una larga y próspera travesía. Disfruta mucho de tu viaje: seguro que te esperan cosas maravillosas en el camino.
 
Ana Carbonero.
 

miércoles, 13 de julio de 2016

Próxima parada: Estación CEREZAS


He oído decir que el tren solo pasa una vez en la vida, el tren de las oportunidades me refiero. No es cierto. Esa frase es para derrotistas.
Cada mañana es una nueva oportunidad, y cada uno lleva el boleto de su día a día en la mano.
Lo que si es cierto, es que el tren pueda variar de color, de vagones, trasbordo en estaciones, incluso de destino.
Mis creencias hasta ahora, me habían convertido en una pequeña calculadora de tiempo y espacios, en una controladora, o marimandona como se acostumbra a llamarnos.
Bueno, no lo soy.
Mi inseguridad y mis miedos (EGO; eso es otra entrada) se habían acomodado ahí y yo pensaba que mi naturaleza era esa.
Sin embargo, tomando consciencia de que esa fue una etiqueta de mi infancia y un escudo durante la adolescencia, ahora lo he transformado en lo que realmente era; una virtud, una capacidad de organización y comunicación.
He entendido que la rigidez y el control no me hacían feliz. Sin embargo, la organización, liderazgo y coordinación son ejercicios que no me suponen un esfuerzo, es mas, se me dan bien, y disfruto de ello. Así como la comunicación, transmitir e informar.
 
Llegar hasta aquí no se sintetiza en unas líneas, han sido años de incomodidad, de auto exigencia e infelicidad.
 
Y paso un tren, lo tomé. Como me gustaba estar embarazada; que sensación mas linda. Como me gustaba ser madre; que emoción tan grande. Me gusto tanto tanto que decidí tomar el siguiente.
 
Y ese fue muy rápido, tan tan rápido que me enseño la lección mas grande de VIDA.
 
Ahora con miedo, con incertidumbre, y dolor, tome otro...en un vagón que se movía poco, en un sillón mullido, en un lugar con poca luz. Ahí sola conmigo, y mis bebes, fui respirando, respirando, tomando consciencia, y respirando. No, no era esa mi estación, esa en la que en ese momento estaba cómoda, segura y en equilibrio comenzaba a restar en lugar de sumar.
 
Largas conversadas conmigo; mi Ego y Yo. Yo y mi madre. Yo y mi compañero. Yo y mi co-madre.
 
Pasaron días en ese tren, hasta se me había quitado la sensación de traqueteo, cuando decidí comenzar el camino que ahora transito.
 
Resulta que ellos (mis compañeros de viaje) conocían el destino, y yo, que tenia lo billetes, por temor, no leí ni la fecha ni el trayecto.
 
Soltar no me ha resultado sencillo, dejar atrás lo que había construido; tampoco. Aunque entendí que esa no era mas YO. Como me gustaría que entendieras que si miras a aquel recuerdo mío, o aquella experiencia conmigo, tengas presente que ahora soy otra, con la misma esencia, el mismo envoltorio, sin embargo otro brillo y otro aroma a Muriel Santana.
 
En mi día a día disfruto de mi trabajo, con lo que eso no me supone mas carga, asesorar a familias sobre Porteo, solventar dudas sobre lactancia y maternidad en general, Acompañarte en el proceso de alcanzar tu propósito, me satisface tanto que agradezco enormemente haberme perdido en aquella estación.
 
Aquí recibo trenes de todas partes y con todos los destinos; en su mayoría agradables.
 Poder ser Estación Cerezas me suma.
 Hacer equipo, compartir, y ofrecer un gran abanico de Terapias convierte la estación en una parada desea, incluso en destino de algunos.
 
Si perdiste la brújula, ya sabes donde encontrarme.
 
 
 
 
 
Muriel Santana